Desde la soledad,
Oigo el viento
en los senderos de mi alma,
dulce lamento
que no aparta los anhelos
que yo siento.
Los revuelve, volviéndolos
estiletes ciegos
que me atraviesan, me hieren
generando un dolor necio,
no por eso menos cierto;
que me zarandea el alma
me descompone. Me muere.
Poesía Discursiva:
del poemario “buscando mi voz”
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